Puede ser una simple flor para un humano, pero al mismo tiempo es un mundo
de oportunidades para un insecto.
En una flor podemos encontrar una fábrica de alimentos para microorganismos
y un supermercado para un insecto. Cada flor es un coto de oportunidades donde
colonias de abejas y hormigas aprovechan en tiempos de bonanzas (reproducción
de la flor) el rico manjar que representa el polen.