No sabría cómo comenzar a describir cada una de las cosas que se puede vivir en medio de la naturaleza, pues ya comencé y debo escribir algo, creo que es lo más razonable.
A Medida que cae la noche y el sol despierta dando sus primeros rayos sobre la verde y mensurable selva tropical de centroamérica (Panamá), podemos comprender que sienten los pueblos nativos que cohabitan en estas zonas selváticas. No se puede describir como el sol mágicamente refleja sus rayos en el agua generando todo tipo de espectáculos, un fenomeno increible propio de la madre naturaleza.
El alba se marcha y la luz aparece mágicamente dejando al descubierto un río cristalino de aguas transparentes, un espejo gigantesco en donde te puedes mirar de forma increíble, mientras en tu reflejo grandes peces nativos de los ríos nadan tranquilamente. Todo parece un cuento de fantasía hasta que alguien te grite y perturbe el silencio de la selva adornado por suaves melodías de numerosas aves.
No hay o quizás mi carencia de palabras hace que no encuentre palabras para explicar lo que se siente al internarse en la naturaleza y disfrutar de ella como lo hicieron nuestros antepasados.